Evaluación de la memoria mediante realidad virtual: presente y futuro

Unai Díaz-Orueta, Gema Climent, Jaione Cardas-Ibáñez, Laura Alonso, Juan Olmo-Osa, Javier Tirapu-Ustárroz

La memoria humana es un complejo sistema cognitivo cuya estrecha relación con las funciones ejecutivas hace que, en muchas ocasiones, un déficit mnémico lleve aparejadas dificultades para operar con contenidos correctamente almacenados. Los tests de memoria tradicionales, que se centran más en el almacenamiento de la información que en su procesamiento, pueden ser poco sensibles tanto al funcionamiento cotidiano de los sujetos como a los cambios originados por los programas de rehabilitación. En la evaluación de la memoria hay abundante evidencia acerca de la necesidad de mejorarla mediante tests que ofrezcan una mayor validez ecológica, con información que pueda presentarse en varias modalidades sensoriales y que se produzca de modo simultáneo, tal como sucede en la vida real, con la presencia gradual y controlada de distractores. realidad virtualLa realidad virtual reproduce entornos tridimensionales con los que el paciente interactúa de forma dinámica, con una sensación de inmersión en el entorno similar a la presencia y exposición a un entorno real, y en los que se puede controlar de forma sistemática la presentación de dichos estímulos, distractores y otras variables.
La presente revisión tiene como objetivo profundizar en la trayectoria de la evaluación neuropsicológica de la memoria basada en entornos de realidad virtual, y realiza un recorrido por los tests existentes para la evaluación del aprendizaje, memoria prospectiva, episódica y espacial, así como por los intentos más recientes de realizar una evaluación integral de todos los componentes de la memoria.

http://www.neurologia.com/sec/resumen.php?or=web&i=e&id=2015453

Un fármaco contra el cáncer parece reforzar la memoria

Un medicamento desarrollado para combatir el cáncer, conocido como RGFP966, parece tener también otras utilidades relacionadas con la memoria y la enfermedad de Alzheimer.

Un equipo estadounidense ha comprobado que la administración de RGFP966 a ratas las hizo más capaces de aprender lo que estaban oyendo, retener y recordar más información, y desarrollar nuevas conexiones que permitieron que esos recuerdos se transmitiesen entre las neuronas.

El fármaco RGFP966 pertenece a una clase conocida como inhibidores de la histona deacetilasa (HDAC), utilizados en terapias contra el cáncer para detener la activación de genes que convierten a células normales en cancerosas. En el cerebro, el fármaco hace que las neuronas posean una mayor plasticidad y sean más capaces de realizar conexiones y de hacer cambios positivos que mejoran la memoria. Los investigadores hallaron que entre las ratas de laboratorio, a las que se intentaba enseñar a escuchar y reconocer ciertos sonidos para poder recibir una recompensa, aquellas a las que se les suministró el fármaco después del adiestramiento recordaban lo que se les había enseñado y respondían correctamente a un tono sonoro con mayor frecuencia que aquellos animales que no lo habían recibido

J Neurosci. 2015 Sep 23;35(38):13124-32.
Bieszczad KM, Bechay K, Rusche JR, Jacques V, Kudugunti S, Miao W, et al.

Efectos de la actividad motora en el rendimiento cognitivo de pacientes con traumatismo craneoencefálico durante tareas duales

Introducción.
El empleo de paradigmas de tarea dual ha mostrado interacciones conductuales entre ciertas tareas motoras, como el equilibrio o la marcha, y tareas cognitivas al ser realizadas simultáneamente. Pese a la potencial relevancia de estos hallazgos en la explicación de ciertos síntomas neurológicos (por ejemplo, caídas) o en el diseño de nuevas intervenciones, son escasos los datos sobre tales efectos en traumatismos craneoencefálicos (TCE).
Objetivo.
Evaluar la presencia de interacciones cognitivomotoras durante la realización de tareas duales en TCE.
Sujetos y métodos.
Veinte pacientes con TCE y 19 controles sanos realizaron diferentes tareas cognitivas de atención y memoria operativa (tareas de tiempo de reacción simple, tiempo de reacción compleja, 1-back numérica y 1-back espacial) en tarea dual, es decir, al tiempo que una tarea motora (bipedestación y marcha), y en tarea simple (sin tarea motora). Se registraron los tiempos de reacción en respuesta a las tareas cognitivas.
Resultados.
Los pacientes mostraron peor rendimiento que los controles en todas las tareas (p< 0,05). Mientras que ninguno de los grupos mostró cambios en los tiempos de reacción medidos en las tareas atencionales durante la ejecución dual en comparación con la ejecución simple, los pacientes con TCE sí mostraron mejoría en las tareas de memoria operativa (F(2, 74)= 2,9; p< 0,05) durante la tarea dual de marcha (p< 0,02).
Conclusiones.
Se discuten las posibles causas de interacciones cognitivomotoras positivas durante la ejecución simultánea
de tareas de marcha y memoria operativa en pacientes con TCE, y el potencial valor terapéutico de los paradigmas duales en Autores:la rehabilitación de estos pacientes

Fuente: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26308841?dopt=Abstract

Demuestran que estimular el hipotálamo permite recuperar pérdida de memoria y aprendizaje

La estimulación del hipotálamo revierte totalmente los déficits de aprendizaje y de memoria causados por una lesión cerebral, según ha constatado por primera vez una investigación llevada a cabo en ratas y liderada por la Universitat Autònoma de Barcelona(UAB).
imag
La estimulación del hipotálamo revierte totalmente los déficits de aprendizaje y de memoria causados por una lesión cerebral, según ha constatado por primera vez una investigación llevada a cabo en ratas y liderada por la Universitat Autònoma de Barcelona(UAB).

El estudio, publicado en Behavioural Brain Research, lo han realizado los psicobiólogos del Instituto de Neurociencias y del Departamento de Psicobiología y Metodología de las Ciencias de la Salud de la UAB Pilar Segura y Ignacio Morgado; y Laura Aldavert y Marc Ramoneda, además de las biólogas moleculares de la Universitat de Girona (UdG) Isabel Kadar y Gemma Huguet.

Según ha informado el centro universitario, el estudio ha profundizado en el potencial del tratamiento de estimulación intracraneal –DBS, en sus siglas en inglés– del hipotálamo para recuperar la capacidad de aprender y recordar tras una lesión severa de la amígdala cerebral.

Según los expertos, las disfunciones de esta parte del cerebro hacen que no podamos aprender la asociación entre estímulos –como ver un fuego y relacionarlo con el peligro de quemarse– y pueden estar causadas, entre otros, por alteraciones bioquímicas de los neurotransmisores, situaciones de estrés muy intensas, ictus o tumores.

El trabajo ha constatado que los animales con la amígdala lesionada –con una afectación superior al 70%– recuperan totalmente la capacidad para aprender y recordar después someterlos a varias sesiones, primero de aprendizaje y posteriormente del tratamiento de autoestimulación intracraneal del hipotálamo, que consiste en enviar impulsos eléctricos a esta región cerebral.

El efecto perdura en el tiempo hasta tres meses después de diez sesiones de tratamiento de una hora cada una, contribuyendo a la consolidación de la memoria implícita y explícita y además, los niveles de aprendizaje y de retención de los animales lesionados son incluso mejores que los de los animales sanos.

En la investigación han estudiado también los mecanismos por los que se produciría esta recuperación, sugiriendo que la estimulación del hipotálamo activa varias regiones del cerebro, especialmente los sistemas de memoria, que actuarían con efecto compensatorio.

Los investigadores ya habían apuntado en estudios anteriores que esta activación provocaba cambios estructurales en el cerebro, aumentando las conexiones neuronales, la expresión de genes con funciones relacionadas con plasticidad neural y neuroprotección.

En este trabajo han comprobado, además, que en la parte de la amígdala no dañada hay más actividad de la acetilcolinesterasa, una enzima clave en el metabolismo de la acetilcolina, un neurotransmisor crítico para el aprendizaje y la memoria .

«Esta regulación de la actividad colinérgica debe de participar en la recuperación y mejora producida por la estimulación, incluso modulando esta misma actividad en otras áreas del cerebro, y en especial en los sistemas de memoria, que actuarían como mecanismos compensatorios» , explica Pilar Segura.

En este sentido asegura que esto hace pensar que la estimulación del hipotálamo no afecta por una única vía, sino que tiene muchas vías de acción y dependiendo de donde esté la lesión, puede poner en marcha diferentes mecanismos para intentar reparar diferentes disfunciones .

El estudio, dicen los investigadores, demuestra la excepcional potencial terapéutico de la DBS y señalan que, además de aprender y recordar, el tratamiento podría ser eficaz para «desaprender», es decir, para dejar de vincular estímulos con emociones incapacitantes como las que causa el estrés post-traumático.

(EuropaPress)

‘Chispazos’ para recuperar la memoria

Si usted es una de esas personas cuya memoria no es tan buena como desearía o si tiene un familiar afectado por una demencia o Alzheimer, seguro que le interesará saber que investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago han logrado mejorar la memoria en 16 personas con una técnica indolora y sin efectos secundarios. De momento, el experimento sólo se ha hecho en voluntarios sanos, sin ningún problema neurológico, y los cambios sólo permanecen 24 horas tras la estimulación, pero tanto los expertos involucrados en este estudio como otros ajenos a él consideran que es un buen inicio para intentar probar este método en pacientes y ver si tiene un efecto terapéutico.

Hace años se pensaba que la memoria se almacenaba en pequeñas estructuras que, a modo de cajones estancos, podíamos abrir cuando quisiéramos. Las numerosas investigaciones sobre el tema y ciertas aportaciones como las del neurocientífico español Joaquín Fuster han hecho que esta concepción vaya cambiando y que ahora se contemple la memoria como fruto de una actividad neuronal en red. Ese cambio ha sido clave para poder aplicar una técnica que se dirige sobre la corteza cerebral, la capa más externa del cerebro, y que actúa en el hipocampo, donde reside la memoria.

Las conexiones que se establecen entre neuronas y estructuras del cerebro, controladas especialmente desde el hipocampo, son clave para la memoria y su plasticidad. Nuestros recuerdos son maleables, así como lo puede ser la adquisición de nuevos aprendizajes. Sin embargo, en ciertas enfermedades como las demencias o el Alzheimer, las personas aunque logran acordarse de hechos acontecidos hace decenas de años son incapaces de recordar lo que han comido pocas horas antes o, simplemente, el hecho de haber comido. «En el Alzheimer hay memoria retrógrada porque ésta se encuentra en la corteza. El problema de estas personas es que no pueden adquirir nuevos recuerdos, ya que esta función se encuentra sobre todo en el hipocampo», explica María de Ceballos, del departamento de Neurobiología Celular, Molecular y del Desarrollo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Precisamente en esta zona es sobre la que han actuado los investigadores de la Universidad Northwestern, pero no directamente, sino a través de la estimulación magnética transcraneal en la capa más externa del cerebro. Se trata de una técnica que se viene utilizando desde hace varias décadas aunque no fue hasta 2009 cuando la agencia estadounidense que regula los medicamentos y productos sanitarios (FDA) aprobó el primer dispositivo para suministrar esta terapia. Inspirado en el electroshock, este método es mucho menos invasivo ya que no provoca convulsiones, contracturas musculares o dolor, por eso no requiere de ningún anestésico o medicación previa a su uso.

Consiste en generar un campo magnético a partir de una corriente eléctrica que pasa por una bobina de cable de cobre. Este campo es capaz de penetrar en la piel y el hueso, activando principalmente la zona más superficial del cerebro, es decir, la corteza cerebral. Hasta el momento, se ha venido empleando para la depresión resistente, el trastorno de estrés postraumático, el obsesivo-compulsivo, y en otras patologías no psiquiátricas. Sin embargo, hasta ahora no se había evaluado su utilidad en problemas que tienen su origen en zonas más profundas del cerebro.

Ángeles López

http://www.elmundo.es/salud/2014/08/28/53ff62de268e3ea0608b45a1.html

 

 

 

Una investigación publicada en «Science» demuestra que el nacimiento de nuevas neuronas, que se potencia con el ejercicio, favorece también el olvido

Una investigación que se publica en la revista “Science” sostiene que las nuevas neuronas que nacen en el hipocampo, donde se consolida la memoria, están implicadas no sólo en la formación de recuerdos, sino también en el olvido. Se sabe que el ejercicio promueve el nacimiento de nuevas neuronas en esta zona del cerebro.

La investigación, en la que han participado científicos de la Universidad de Toronto (Canada) y Toyoake (Japón) demuestra que las neuronas nuevas que nacen en el hipocampo a lo largo de toda la vida, al remodelar continuamente las redes neuronales que hacen posible el recuerdo, destruyen conexiones antiguas y por eso algunos recuerdos previamente adquiridos se pierden.

Esto explicaría por qué no alcanzamos a recordar cosas ocurridas en la primera infancia, una etapa de la vida en la que la tasa de formación de nuevas neuronas es muy elevada. Las nuevas neuronas compiten entre sí para formar redes de memoria y estas tendrían un equilibrio muy precario, lo que favorecería esa “amnesia” que acompaña a los primeros años de vida, que es común a muchas especies, incluyendo la nuestra.

“Afortunadamente”, la velocidad con que se producen nuevas neuronas va declinando con la edad, lo que hace que nuestros recuerdos puedan consolidarse y estabilizarse. “Las neurogénesis adulta es un tipo de plasticidad necesaria para el aprendizaje asociado al hipocampo y también para el recuerdo”, explican Lucas A Mongiar y Alejandro Schinder, del Laboratorio de Plasticidad Neuronal del Instiuto Leloir de Buenos Aires (Argentina), en un comentario que acompaña a la investigación.

“Pero el trabajo que firman Akers y sus colegas demuestra que la neurogénesis adulta también puede promover el olvido”, resaltan. La formación de nuevas memorias tienen lugar solo con la tasa justa de neurogénesis en el giro dentado del hipocampo: ni muchas ni muy pocas, explican estos investigadores. Un exceso de neurogénesis podría poner en peligro la formación de recuerdos, aseguran.

Sirviéndose de ratones adultos los investigadores han comprobado que el aumento de la neurogénesis que sigue al ejercicio es suficiente para debilitar su recuerdos. Para ello utilizaron leves descargas eléctricas que enseñaban a los roedores a temer un lugar concreto. Después formaron dos grupos con esos ratones que habían tenido una “mala experiencia”. A unos les permitieron acceder a ruedas donde podrían correr, ya que el ejercicio ha demostrado aumentar de forma importante los niveles de neurogénesis. Mientras, los otros permanecieron en sus jaulas sin hacer ejercicio.

Cuando Katherine G.  Akers y sus colegas devolvieron a los ratones al lugar donde recibieron las descargas eléctricas seis semanas más tarde, descubrieron que los que habían hecho ejercicio no daban apenas muestras de miedo, mientras que los que no tuvieron acceso a la rueda de ejercicios parecía recordar los choques eléctricos bastante bien, y lo demostraban quedándose rígidos e inmóviles (congelados) cuando los colocaban en el lugar donde recibieron las descargas.

Para asegurarse de que sus conclusiones eran buenas, los investigadores hicieron más comprobaciones. Utilizaron fármacos para reducir la tasa de neurogénesis en ratones lactantes, que tienen niveles más altos de producción de neuronas que los adultos y por eso su capacidad para recordar es menor.

Una semana después comprobaron que los ratones bebés tratados para reducir la neurogénesis recordaban muy bien el calambre y se quedaban congelados de miedo. Mucho mejor que los ratones no tratados, en los que la neurogénesis dificultaba la conservación de los recuerdos y demostraban menos miedo.

Finalmente probaron los efectos de la neurogénesis sobre el olvido en cobayas y degus. Ambos son especies precoces, que nacen después de un periodo de gestación mayor que los roedores. Como resultado el desarrollo neurológico de las crías es mayor y son bastante “autónomas” en el momento de nacer: se pueden mover sin problemas, ven y oyen y realizan otras funciones propias de los adultos.

Artículo en revista science

El té verde mejora las funciones cognitivas y la memoria

El té verde se considera un milagroso instrumento para la salud. Recientemente, investigadores de la Universidad de Basilea, Suiza, han identificado el mecanismo que hace que el té verde mejore las funciones cognitivas. El hallazgo, publicado en la revista Psychopharmacology, sugiere unas prometedoras implicaciones clínicas para el tratamiento de disfunciones cognitivas como la demencia.

Los investigadores observaron que el extracto de té verde aumenta la conectividad efectiva del cerebro. Este efecto también dio lugar a mejoras en el rendimiento cognitivo real: los sujetos obtuvieron una puntuación significativamente mejor a la hora de realizar tareas de memoria de trabajo tras el consumo de extracto de té verde.

En el estudio, voluntarios de sexo masculino tomaron un refresco que contenía unos gramos de extracto de té verde antes de resolver las tareas de memoria de trabajo. A continuación, los investigadores analizaron los efectos del extracto de té verde en la actividad cerebral de los sujetos mediante imágenes obtenidas por resonancia magnética (RM). La RM mostró un aumento de la conectividad entre la corteza frontal y la corteza parietal. Estos hallazgos neuronales se correlacionaron de forma positiva con una mejora en el rendimiento de los participantes a la hora de hacer las tareas encomendadas. «Nuestros hallazgos sugieren que el té verde podría aumentar la plasticidad sináptica del cerebro a corto plazo», afirmó Stefan Borgwardt, investigador principal del estudio.

A TRAVÉS DEL SUEÑO SE DECIDE QUE Y COMO SE GUARDAN LOS RECUERDOS

http://www.nature.com/neuro/journal/v16/n2/full/nn.3303.html

Las capacidades de la memoria declinan con la edad, por lo que es más difícil aprender nuevas tareas o recordar dónde dejó uno las llaves. Un estudio, publicado en Nature Neuroscience, sugiere que la causa reside en el sueño más ligero que acompaña al envejecimiento. Las personas mayores tienen una capacidad de recordar cosas nuevas tras dormir más de un 50% inferior en comparación con las personas jóvenes.

El cerebro no retiene toda la información que codifica en un día. Muchas de las cosas se olvidan y de los recuerdos acumulados, muchos de ellos pueden seguir diferentes vías de evolución

Cada vez son mas los datos que dejan claro que el sueño es un candidato importante para realizar muchas de estas operaciones.dormir6

Pero, ¿cómo hace el cerebro mientras duerme para saber que información debe guardar y cual olvidar? ¿Qué debería hacer con esa información que desee mantener?

Para saber la información que se debe guardar, el sueño puede integrarse en las redes de memoria existentes, buscar patrones comunes y extraer reglas generales, o simplemente estabilizar y fortalecer la memoria exactamente tal y como se fue anteriormente aprendido.

El estudio sugiere que est decisión se encuentra en el corazón de un sistema de memoria dependiente del sueño.

En el estudio, los investigadores administraron pruebas de memoria a 18 personas jóvenes (edad media: 20 años) y a 15 personas mayores (edad media: 72 años). Se monitorizó a los participantes mientras dormían y posteriormente realizaron la prueba de memoria otra vez. Tras hacer ajustes estadísticos, se halló que aunque las personas más jóvenes y las mayores eran más o menos iguales en cuanto a recordar cosas antes de dormir, la capacidad de recordar divergía tras despertar. Los adultos mayores puntuaron un 55% más bajo en la prueba de memoria.El problema parece residir en que los adultos mayores duermen menos: no sólo es importante dormir antes de aprender, sino que hay que dormir después de aprender para consolidar esas nuevas memorias y crear memorias a largo plazo.

El estudio concluye que hay motivos para apoyar un enfoque en el sueño profundo en particular: a medida que envejecemos, experimentamos más interrupciones del sueño y esto afecta la función diaria de memoria.

 

 

El envejecimiento afecta a la memoria involuntaria

Una investigación dirigida por la UNED y el Beckman Institute (Estados Unidos) revela que los mecanismos cerebrales activados con la memoria involuntaria o implícita se ven afectados por el paso de los años. Hasta ahora, numerosos estudios habían demostrado que este tipo de memoria no se veía influida por la edad, como sí ocurre con la voluntaria o explícita, que se deteriora en las personas mayores.

El cerebro en la vejez se adapta para rendir igual que cuando era joven pero con un mayor esfuerzo

El cerebro en la vejez se adapta para rendir igual que cuando era joven pero con un mayor esfuerzo

Diferentes investigaciones habían llegado a la conclusión de que la memoria involuntaria o implícita –aquella de la que no tenemos un conocimiento consciente y que se activa ante estímulos repetidos– permanecía invariable con el paso del tiempo. Sin embargo, un estudio codirigido por científicos de la UNED revela diferencias en la actividad cerebral que genera ese tipo de memoria en jóvenes y en personas de edad avanzada.

“Nuestros resultados cuestionan la noción mantenida hasta ahora de que la memoria inconsciente no se encuentra afectada por la edad”, explica Soledad Ballesteros, investigadora del departamento de Psicología Básica II de la UNED y primera autora del trabajo, publicado en la revista Neurobiology of Aging.

En colaboración con el Beckman Institute de la Universidad de Illinois (Estados Unidos), los científicos han demostrado que la relación entre función cerebral y memoria involuntaria que hay en las personas jóvenes se encuentra alterada en los mayores.

No obstante, estos cambios en la actividad cerebral no afectan a la conducta, puesto que mayores y jóvenes responden con mayor rapidez a estímulos repetidos frente a los mostrados una única vez, reflejando la misma facilidad con la repetición. “El cerebro en la vejez se adapta para rendir igual que cuando era joven pero con un mayor esfuerzo”, puntualiza la investigadora.

“El cerebro en la vejez se adapta para rendir igual que cuando era joven pero con un mayor esfuerzo”

Un mayor esfuerzo cerebral

Para llevar a cabo el estudio, los expertos contaron con la participación de 19 jóvenes de entre 20 y 32 años y de 18 adultos, de entre 61 y 72. Todos ellos realizaron la tarea dentro de  un escáner, mientras se registraba su actividad cerebral. Los científicos les mostraron imágenes de seres vivos familiares (como un oso o un árbol) y de objetos inanimados (como un silbato o un frigorífico) presentados una o tres veces.

La tarea consistió en pulsar un botón lo más rápidamente posible si se trababa de un ser vivo, y otro, si era un objeto inanimado. Ambos grupos respondían de forma más rápida ante objetos repetidos comparados con los no repetidos, mostrando una memoria involuntaria similar.

Sin embargo, los investigadores apreciaron diferencias importantes en la actividad cerebral. Aunque ambos grupos manifestaron reducciones de la actividad cerebral con la repetición de estímulos en una amplia red de regiones cerebrales anteriores y posteriores sensibles a esta repetición, las personas de edad avanzada mostraron una menor reducción de la actividad y en un menor número de zonas que los adultos jóvenes.

Los datos revelan que las personas de edad avanzada consiguen actuar como los jóvenes a costa de presentar una mayor activación cerebral y de mantenerla con la repetición de estímulos. “El cerebro de las personas mayores pone más esfuerzo ante los estímulos visuales, lo que se interpreta como una forma de actividad neural compensatoria”, concluye  Ballesteros.

Referencia bibliográfica:

Ballesteros S, Bischof GN, Goh JO, Park DC. (3013). Neural correlates of conceptual object priming in young and older adults: an event-related functional magnetic resonance imaging study”. Neurobiology of Aging, 34, 1254-1264. 2012. DOI: 1016/j.neurobiolaging.2012.09.019.